La señora con su flor empapada
va caminando
como si el tiempo la persiguiese, le retumbara, la envolviera.
Tap tap tap, pasitos y el hueco sonido del vacío
del asfalto gris muerte
de la madera húmeda, casi extinta.
El cadáver de flor, ida, sin importancia
con ápices de lo que alguna vez fue
enredada en brazos, en plástico
y el retuerce manos que chupa su amarillo
su rojo, su recuerdo de vida.
Ay, y el vacío, ese vacío
que nace en la panza
y muere en el abismo.
Gracias por convertirme
en un recuerdito de vida.
Por la ranurita de tu ventana, mi ojo observándote. Por la ranurita de tu ventana, un mundo aparte. Vómito literario y nada más.
28/4/12
Se terminó el chupetín
ya está, adiós
sus sabores multicolores se erosionaron con el ácido de su baba con olor a canela
y se esfumó, se fue, adiós.
No llores, nenito lindo
no llores que el día no es día del todo aún
y que los pajaritos seguirán cantándote el arrorro
todo sigue su curso
los colores siguen siendo igual de brillantes
el sabor de la pérdida es amargo
pero no hay nada que un besito en la frente
no pueda arreglar.
Tomá, tu besito
un dos tres, besito.
Y ya está, el sueño del sueño va.
25/4/12
Esa pared de palabras, vestimentas, llaves, esmaltes, recetas, lecturas, perfumes, asfaltos, pisadas, horarios, idas, venidas, llegadas, partidas, canciones, direcciones, miradas, largadas, paraguas que nos separan de la locura es tan ínfima, tan sola, tan poca, tan intangible.
Esa pared que mira y se ríe y te amenaza, vos estás loca. Loca. Perdidamente desquiciada, perdidamente perdida. El robotito, el androide de ser humano en el cual te convertiste, analítico pero de mentira, observador tabicado, puta de mierda.
Esa pared que mira y se ríe y te amenaza, vos estás loca. Loca. Perdidamente desquiciada, perdidamente perdida. El robotito, el androide de ser humano en el cual te convertiste, analítico pero de mentira, observador tabicado, puta de mierda.
14/4/12
Sigue los mismos
pasos
en los mismos
callejones
en las mismas
sábanas gastadas
de
algodón y plástico
manchadas
de
sudor
de
nuestra piel.
Sigue los mismos pasos
en los mismos callejones
y
lo veo sentada
ensimismada
con un cigarrillo
ojos vouyeristas, masoquistas
retorcijones de recuerdo
de eso
que en realidad
no es nada.
pasos
en los mismos
callejones
en las mismas
sábanas gastadas
de
algodón y plástico
manchadas
de
sudor
de
nuestra piel.
Sigue los mismos pasos
en los mismos callejones
y
lo veo sentada
ensimismada
con un cigarrillo
ojos vouyeristas, masoquistas
retorcijones de recuerdo
de eso
que en realidad
no es nada.
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