Tengo frío dónde no tengo calor y eso me hace sentirme confundida, donde yo me siento confundido. Es simple ser muchos, siempre otro tiene la culpa de la desgracia. Nunca soy yo, sino que es ella... y el eterno juego es un juego eterno sin la necesidad de poca sonrisa y mucho lagrimón. Es completamente diferente si uno es uno y tiene el peso echado sobre la única espalda del único individuo que es. No puedo ni imaginármelo. Una vez conocí a uno, se llamaba Juan y se murió de estrés.
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