27/9/11

Hacía frío y no sabía si mis ojos se habían congelado en un espejo por el que seguramente había pasado y me había mirado -no detenidamente, pero si una fugaz miradita medio egocentrica medio no- y por eso estaba ahí en un lugar sin espejos pero viéndome a mi misma. Una versión más linda de mi misma, seguramente más inteligente, más artista, menos vendedora, mejor amiga, mejor amante, mejor todo, menos mucho.
Cuando gire en mil vueltas hacia la izquierda entendí todo. Y entender todo a veces es una poronga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario