para que el frío invernal no atraviese sus poros aniñados
que los despierte el susurro del viento
y tengan que ver que ella no está.
Beso, beso . . . buenas noches.
Horarios extraños manejas, le dice su madre.
Siempre lo mismo, no oye más que sus propios pensamientos
y hasta luego.
La noche es hostil con sus piernas
con sus manos
con sus labios.
La vida es hostil de por sí.
Unas luces que encandilan
y la voz del Diablo.
Buenas noches, éste es mi Infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario