28/6/10

Y con las manos manchadas de sangre  y con el rimmel gastado y sucio esparciendose por mi piel me pregunto en qué momento deje de ser quien era para convertirme en una fantasmagórica imágen de lo que alguna vez fui en el reflejo de un espejo roto.
Quiero un buena noche eterna de las que ya no tantas hay y fundirme en lo que aspiro ser y no soy. Quiero volar por encima de la realidad superflua de unos tantos y ser más que hoy, más que ayer, más que mañana, más que ustedes.
Tengo dieciocho maneras diferentes de definir ésto pero ninguna sirve, ninguna es lo que quiero que sea.
Pasa el tiempo y pasa algo que no estoy viendo, no me apura. Sentada y poeta me acurruco en mis minutos diferentes a los de ese reloj que me mira en la pared, silencioso, amenazador. ocre y despojado.
Adios que suena el teléfono, y esta muchacha tiene que atender.

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