29/11/10

Y estuve enamorada del amor, si.
Estuve enamorada de las noches noctámbulas, de las caricias eternas, de los besos etéreos.
Estuve enamorada y no me importaron ni el tiempo ni el sueño ni el mundo.
El mundo era otro y no se llamaba mundo.
Estuve enamorada de esa complicidad única, de esa conexión inevitable, de esos ojos imposibles.
No era tangible ni medible
no tenía una superficie exacta pero tenía una exactitud que daba miedo, terror.
Y estuve enamorada del amor, si
y es tan finito como infinito que hay que vivirlo
hasta el último segundo
hasta la última lágrima
hasta el último suspiro
y cuando el gemido termine
y cuando el último aullido de placer sucumba
sucumbe el amor.

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