22/1/11

Te quiero porque te quiero y me quedo en la simpleza de no justificar
con palabrerío inútil
el simple hecho de que te quiero porque te quiero.
Te pienso, y cuando te pienso te quiero
y cuando te pienso mientras te quiero también te siento
y cuando te siento
te lloro
porque te siento consumido por la idea,
-y de hecho es una simple idea-
la de la soledad, la tuya, no la mía.
Y cuando te consuma la idea,
solo cuando sientas que no hay nada abajo ni arriba
ni en una esquina chiquita de tu mundo,
ni un recuerdo de un beso en la comisura de tu alma
ahí, y siempre ahí, no sólo ahí, pero siempre ahí
cerra los ojos fuerte
innecesariamente fuerte
y entre las nebulosas de colores de tu iris 
mirame a mi.


                                                                      Para Oddy, que ya no existe

1 comentario: