6/5/09

Eros

Y de las perras era la perra mas perra. olfatea por las calles de la ameba que culea a las veredas de tus tierras, necias. No pretendas entenderla, con sus ojos seductores llenos de nada y su boca entreabierta jadea incoherencias hacia el abismo. Date vuelta mientras puedas, porque piedras ruedan sin suela.
Cuando nadie la ve y el viento sopla bajito, sus manos recorren la piel conocida y las yemas de sus dedos derrochan placer del ser. Ser. Serenos no son los gritos de ultratumba que vierten ondas orgasmicas por el pasto violeta. El que lo escucha no vive en cordura para contar el deleite del alarido nocturno, si no que desaparece en nebulosas de eso que es y no es explicable, idiota.
No me entiendas, porque realmente no me importa, y levantemos las manos hacia ahi, exactamente ahi. Seamos uno sin fin, seamos uno y no preguntes, no te voy a hacer entender lo que es la realidad del violeta.
Qué te pasa? Cuál es tu problema? La perra mas perra alardea con su cola entre las nubes y vos. . .

Te moris de a poco.

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